Planes de Seguridad y Salud: No maten al mensajero.

Buscando para mis hijos la cancioncita de la «Legopelícula» hice un curioso descubrimiento, pues aparte de su ambientación en una imponente obra de construcción, en el video se reflejan actitudes que, a pesar del paso del tiempo, se obstinan en persistir en nuestra profesión de forma recurrente, o como se dice donde vivo, «cansina», muy cansina.

Aunque últimamente no dispongo de demasiado tiempo, repaso siempre que puedo las redes profesionales para no desconectarme de lo que se cuece en lo que Juan Cuesta denominaría «esta nuestra profesión» y lo que veo no deja de sorprenderme, pues seguimos actuando como esos muñequitos daneses del videoclip, uniformes y felices bajo el ojo escrutador de no se sabe quién (I’ve got my eye on you), que posee la clave de nuestro futuro y nos protege de nosotros mismos mientras mantenemos a capa y espada lo «normal», reproduciendo comportamientos, hábitos y especialmente costumbres, en actos y decisiones que raramente se cuestionan.

Al ver el clip (por otra parte muy ameno) lo primero que me vino a la cabeza fué la interminable y circular discusión sobre cual debe ser el «contenido adecuado de un Plan de Seguridad y Salud (PSS)», con sesudas interpretaciones y brillantes intervenciones en uno u otro sentido, casi siempre aludiendo a la falta de concreción, al generalismo, a la ausencia de protocolos y procedimientos específicos, y a que que si la evaluación de riesgos a de ser «así o asao»…
Todo repito muy argumentado, muy teórico, pero a mi juicio muy retórico y poco práctico, especialmente cuando predomina esa nociva tendencia al formalismo en contrapartida al practicismo, porque en mi propia carne he vivido, y desde todas las perspectivas, la escasa utilidad práctica que acaba teniendo este tipo de documentos, que convertidos en mamotretos infumables hacen más bien poco por la seguridad de los trabajadores cuando no empujan en la dirección contraria, porque como en la película, lo importante no son las instrucciones sino como se aplican.

¿Qué es realmente un PSS?

Aquí podría extenderme unas cuantas páginas refiriéndome simplemente a la definición normativa, a los contenidos exigibles y recomendados, a como, quién, cuando y donde se debe aplicar, quién tiene «derecho» a conocerlo (esto tiene su coña) y mil y una disquisiciones más, redundancias infinitas sobre lo que ya está claro y escrito, blanco sobre negro y es difícilmente susceptible de ser interpretado a pesar de los múltiples manuales y artículos del estilo «los 25.000 errores más frecuentes que no se debrían de cometer en un PSS» o » La correcta tipografía a emplear para incrementar la legibilidad y comprensión de los contenidos de PSS»…

Prefiero por el contrario reducirlo a mi particular visión, que unos compartirán y otros denostarán, pero que tras pasar durante años por unas cuantas obras de notable entidad algo de fundamento ha de tener.

Habitualmente un PSS es un documento que otros han redactado antes de que el TPRL llegue siquiera a saber que va a trabajar en determinada obra. «Otros» que en la mayoría de los casos han de redactarlo «para ayer», sin más datos que un documento que en general nunca es el definitivo (el proyecto) y de otro que absolutamente nunca es definitivo (el Estudio de Seguridad y Salud (ESS)). ambos redactados demasiadas veces de prisa y corriendo, cubriendo los mínimos exigibles para optar a tal o cual concurso y presentando procesos constructivos susceptibles de ser modificados en función de elementos tan poco predicibles como el tiempo atmosférico, los plazos sobrevenidos, las incidencias propias de cualquier obra y por supuesto (como no) de buscar la máxima rentabilidad tras múltiples quitas, rebajas, modificados, etc.

Construyen, luego cabalgamos. Cada cosa en su justa medida.

Si además nos perdemos entre Estudios Básicos de Seguridad y Salud y otras lindezas sin PSS la cosa tiende al infinito (en el lado absurdo), pues a igual riesgo del trabajador, este puede estar bajo los dictámines de la «Biblia», uno de los «Testamentos» o inmerso en el ateismo documental.

En resumidas cuentas, la intención es buena, pero la realidad lo convierte en un mero ejercicio predictivo y a veces incluso preventivo, pero nunca (y esto lo destaco) definitivo.

¿De que se compone el PSS tipo?

Pues resumidamente solemos encontrarnos (digo solemos porque he visto de todo) con una memoria, un presupuesto y unos planos y/o elementos gráficos de apoyo.

La memoria a su vez suele incluir la descripción de la obra, planificación temporal/fases de la obra, recursos disponibles, equipos de trabajo, trabajadores, riesgos identificados y medidas preventivas, responsabilidades, medidas de emergencia, legislación aplicable, modelos de aceptación y recepción del documento y ¿como no? de esa cosa llamada «Adhesión al PSS», etc.

El presupuesto suele ser una reordenación y redistribución de lo inicialmente previsto a la vista de lo que se nos viene encima, que en mi caso nunca llegó a cubrir ni la mitad de lo realmente invertido y que en poco se llegó a parecer a lo inicialmente presupuestado.

Los planos tampoco suelen ser de demasiada ayuda más allá de situarnos en el espacio y con un poco de experiencia y callo profesional a identificar los pùntos donde se nos van a poner los pelillos de punta si no conseguimos corregir la cosa a tiempo.

Nos encontraremos entonces con un auténtico tocho, repetitivo y poco práctico que basa su potencial utilidad en la capacitación de los mandos (salvo honrosas excepciones ni uno se lo lee) y las habilidades de los TPRL para llevarlo en cierto modo a la práctica, obviando que si no se adecúa a aquellos a quienes se busca proteger, dificilmente obtendremos la clave del éxito, la integración de la seguridad en todos los niveles de la organización.

Señores y Señoras, me he tenido que pelear con algún que otro PSS de más de ¡¡¡500 páginas!!!, de las cuales la mitad se rellenaron con objetivos del PSS (deben ser diferentes según la obra)  listas (no exhaustivas of course) de legislación y normativa a aplicar, definiciones, listados incompletos o no correctos de máquinas, equipos, modelos de WC y Comedores, instrucciones para conductores de equipos que nunca se llegaron a utilizar, descripciones detalladas de elementos constructivos finalmente sustituidos por otros, etc, etc, etc…

A veces la ejecución no se corresponde con lo proyectado por múltiples razones de peso

Obviamente, por más que me lo firme el mismísimo Florentino Pérez, apostaría sin temor a equivocarme que ningún subcontratista se lo ha leido antes de aceptarlo, pero hasta ahí no llega mi responsabilidad met emo.

Por eso la famosa «biblia» de la obra, no pasa de ser como esos enlaces que contienen 500 Kb de lo que buscas y una película porno de 20 Mb para rellenar… y diréis:

Vale chavalote, ya que te vienes arriba, ¿Como debería ser el PSS?

Pues para empezar me pondría a eliminar la paja y el relleno. ¿Acaso no sabe nadie cual es el objetivo del PSS?, ¿Nadie sabe a que proyecto corresponde?, ¿Sirve de algo una lista de RD, Leyes, Reglamentos, Guías, Norma UNE e ISO, para el encargado de turno o su cuadrilla de peones por muy doctores en Física Cuántica que sean?, dejemos de discutir de como debe ser y empecemos a debatir si tal vez simplemente no debería ser.

Todo ese relleno y palabrería está perfectamente solventado identificando el PSS con la obra (basta un simple código) y con algo que aunque recibe ese nombre nunca existe realmente, un Sistema de Gestión de la Seguridad, donde se identifiquen detalladamente los intervinientes, sus funciones, escalafón y responsabilidades, los procedimientos y medios a necesarios a aplicar en cada situación y la fórmula de integración de la Seguridad y la Salud en el proceso productivo, pues de poco vale un PSS si luego la producción va por libre cuando no a espaldas del TPRL.

A continuación lo principal es la concreción, evitando lo genérico en el sentido de la misma solución para todos los casos. Hay que concretar y eso solo es posible (salvo algunas excepciones) con cierta inmediatez.

Existen mil y una fuentes de recursos genéricos sobre medidas de seguridad a aplicar en la inmensa mayoría de situaciones y casos que se nos pueden presentar en una obra: y digo mayoría porque cual si de un ser vivo se tratara, las obras son tan similares como distintas, simplemente introduciendo variables como el mal tiempo, la concurrencia de trabajos, la experiencia del que las ejecuta, los prejuicios y creencias de quién las dirije, el «siempre se ha hecho así» y chiquicientos factores más, insignificantes por separado generalmente, pero juntos…

Además, cada empresa, cada SPP, cada SPA, cada TPRL que se precie, habrá formado una base de datos basada en la experiencia real que se va perfeccionando obra  a obra, añadiendo mejoras, detectando carencias, generando procedimientos, procesos, protocolos cada vez más seguros y detallados para las actividades que desarrolla.

Pues si eso se supone que es así, ¿Por qué no se utilizan?, ¿Por qué parece que nunca hemos trabajado en nuestra actividad principal?, ¿Por qué hay que generar cada vez un documento muchísimo menos preciso y aficaz que el fruto de nuestra experiencia?, porque aún siendo todo mejorable, a estas alturas debería de existir el equivalente a los cuadernos Rubio versión unidades ejecución de trabajos.

Por eso defiendo que lo único que debe introducirse en la gestión de las obras es precisamente eso, el Sistema de Gestión, del que saldrán las necesidades y las soluciones en materia de SSL apoyandose en una auténtica coordinación de actividades empresariales que decida que protocolos, guías específicas de ejecución, etc se han de seguir día a día, adaptándolas a las condiciones reales y no a las optimas o estimadas, que se correspondan con el cronómetro real y no en una previsión a largo plazo.

Naturalmente esto se basa en un fondo documental que ha de distribuirse a cada implicado en la forma adecuada y en el momento adecuado, mediante auténticas reuniones de coordinación, seguimiento y supervisión del plan de actuación; y por supuesto una auténtica supervisión de la aplicación.

Lo demás, la normativa aplicable, los listados y los derechos y obligaciones son algo tan básico que debería estar asegurado por una formación adecuada, real y adaptada a cada puesto de trabajo y a cada responsabilidad (no, no estoy soñando).

¿Es viable?

Todo lo viable que se quiera, pues implica la dotación de medios humanos y materiales, pero sobre todo de la voluntad de hacer bien las cosas, aplicando el modelo tricondicional de la seguridad laboral de Meliá Navarro, porque como él, cada día estoy más convencido de que para que una persona trabaje con seguridad, es necesario simultáneamente que: Pueda hacerlo, Sepa hacerlo y Quiera hacerlo. Si no los involucramos los convertimos en desobedientes, si los involucramos los convertimos en gestores de su propia seguridad.

¿Qué beneficios aporta?

Entre otros y a nivel organizativo serviría sin duda para mejorar la integración de la Seguridad en todos los niveles de la organización, para hacer efectiva y real la coordinación de actividades empresariales, para concienciar a cada interviniente de su papel en la seguridad de una forma activa y no teórica, evitaría el bochorno de los copy-paste indiscriminados y obligaría a un seguimiento de la obra efectivo y no burocrático.

Pero es que además supondría un ahorro notable de medios y esfuerzos que actualmente se despilfarran en burocracia pura y dura, permitiendo una reinversión de tiempo y dinero en lo que de verdad importa.

Mientras tanto habrá que apañárselas con lo que hay, que remedio, pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra y aún así, por favor, aplaudan, disientan o permanezcan impasibles, pero no maten al mensajero.

No maten al mensajero

6 Responses to Planes de Seguridad y Salud: No maten al mensajero.

  1. icástico says:

    Fíjate, gracias a tus hijos y a Lego tenemos aquí una excelente visión de lo que debería ser un PSS versus lo que es y muy bien has explicado. Aparte de la dotación de medios humanos y materiales necesarios (con el coste que implica) hablas de la voluntad de hacer bien las cosas, y en medio de tan tediosa papelada debe ser difícil hallarla. Obviamente, no importa que ningún subcontratista se lo lea “por más que me lo firme el mismísimo Florentino Pérez”, lo que importa es que los “florentinos” estén a cubierto cuando suceda lo indeseable.

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    • Xosé Manuel says:

      Pues la verdad es que intento aprender de ellos todo lo que puedo, y muchos deberían de intentar lo mismo, lo malo es que abunda demasiada gente abrazada a a la filosofía de aquél que cuando le preguntaron la diferencia entre la ignorancia y el desinterés, respondió sin rubor «Ni lo sé, ni me importa»…

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  2. TPRL says:

    Los PSS seguirán tal cual mientras fiscales y jueces busquen carencias en ellos que justifiquen acciones legales contra Técnicos de Prevención, aunque lo que falle es la organización preventiva del Empresario. Yo sigo animando a convertir el PSS en un pozo sin fondo… ¡Cuantas más páginas, mejor! ¡Tranquiliza al público en general y les deja sin argumentos para juzgar tu trabajo!

    Como ya he indicado en muchas ocasiones, lo mejor sería estandarizar un PSS de 10.000 páginas con todo lo imaginable (en papel biblia, dos columnas) y ponerlo a la venta en quioscos. Dejar a disposición de la Autoridad Laboral el libraco para su refocile, y trabajar con el Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud propio implantado. En resumen, nadie se va a leer el PSS hasta que pase algo; y, cuando lo haga… ¡allí estará el párrafo salvador de pobres diablos!

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  3. Otro TPRL says:

    Efectivamente,…, hay gente muy «versada» en prevención de riesgos (los mismos tontos que crearon este sistema nórdico para un país africano) que cree que el PSS, la evaluación de riesgos, el REA, el libro de subcontratación, los papelotes de la coordinación de seguridad, es en si una medida de protección colectiva…. Cuando como sabéis es una medida de protección «individual» de algunos para que todo siga igual.

    A nadie le importan las personas y su seguridad,…, así seguiremos mientras se mantenga este sistema inútil de papeleo y control absurdo e ineficaz.

    ¿para que sirve el REA? Si no hay un seguimiento mensual del cumplimiento de sus requisitos por la administración.
    ¿para que sirve el libro de subcontratación? Si no hay comunicación a los organismos competentes del propio hecho de la subcontratación, ni siquiera la Dirección facultativa se da por enterada,no vaya a ser que le pringue, cuando deberían ser los mas informados de ello.
    ¿Para que sirve el coordinador de seguridad? si no esta en la obra nunca¡¡¡ ( por la cuenta que le trae a los pobres, antes de sacarse los recursos preventivos de la manga para echarles la culpa a ellos de su trabajo, pasaban como un rayo por las obras), si no tiene poder ninguno de decisión, dependiendo exclusivamente del promotor, quien le paga y controla,…. eso no es la figura independiente que se demandaba en la Ley.
    ¿para que sirve la Inspección de Seguridad? si no inspeccionan, ni vigilan, ni absolutamente nada, y cuando la hacen es para buscar $$$$, siguiendo las instrucciones recibidas.
    ¿para que sirve el INSHT? Pues eso si servía,…, por eso se lo han cargado.

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    • Xosé Manuel says:

      Pues la verdad es que más a menos «para eso»… además, si secargan la Sanidad Pública, la Educación Pública y la sociedad en general ¿Porque iba a ser diferente el INSHT?…
      Denoto cierto cabreo estructural (ya somos dos)…

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