Coordina que algo queda…

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CTCC Castelnou – Teruel

Mi primer trabajo como TPRL fué gratificante, pero no desde el primer día. Una Central Térmica de Ciclo Combinado, unos cierres con fachadas tipo sandwich y unas cubiertas «Deck» a 40 metros de altura sobre estructura metálica y 1000 trabajadores pululando por todas partes eran bastante más de lo que yo podía llegar a contemplar como un comienzo ideal para un novato, pero salí vivo del intento.

Como Coordinador de Seguridad y Salud (CSS) el arranque fué algo mejor, pero el desarrollo de los acontecimientos posteriores me persuadió definitivamente de que lo mío era trabajar como Técnico y que mejor no saber nada de coordinación en obras nunca más.

Mis razones para ver las cosas de esta manera son las mismas que cualquier CSS pueda expresar, todas ellas basadas en lo de siempre:

Lo que mal empieza mal acaba…

El Coordinador de Seguridad y Salud es un caso peculiar dentro de lo paradigmático de nuestra profesión, pues es la única figura en materia de PRL que puede ejercer por libre, eso sí no se le concede este «don» por ser TPRL, más bien se le añade para evitar ciertas complicaciones existentes a la hora de ejercer.

Curiosamente, una figura de la importancia en el campo de la PRL como es el CSS viene definida por el RD 1627/1997 pero es otra Ley, nada relacionada con la PRL salvo en este caso, la que va a determinar quién puede o no ser CSS, hablamos de la LEY 38/1999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación, que deja sentenciado en su disposición adicional cuarta mediante un simple párrafo que:

Las titulaciones académicas y profesionales habilitantes para desempeñar la función de coordinador de seguridad y  salud  en  obras  de  edificación,  durante la  elaboración  del  proyecto y la ejecución de  la obra,  serán las  de  arquitecto,  arquitecto técnico,  ingeniero  o ingeniero técnico,  de acuerdo con sus competencias y especialidades.

Visto así y considerando que el RD 1627 no acalara mucho más pues se refiere al «Técnico competente» nombrado o designado por el promotor, no es de extrañar que hayamos podido encontrarnos con CSS que apenas contaban con formación en PRL.

Al salir la Guía Técnica para la Evaluación y Prevención de los Riesgos relativos a Obras de Construcción, «propone» una formación mínima para los CSS que se detalla en el apéndice 2 , estimando que lo indicado en los anexos IV, V y VI del RD 39/1997 no se ajusta a las necesidades específicas del puesto.

Aparentemente todo controlado y en orden, especialmente para los profanos, pero a algunos que se nos ha ido curtiendo el pellejo nos sale ese puntito canalla y descreido que nos hace reflexionar y lanzar opiniones críticas sobre casi todo lo que nos rodea, cuanto más si se trata de una china más que se mete en el inmenso zapato de esta profesión.

Las chinas de mi zapato.

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Glorieta elevada en la A-2 – Fraga, Huesca

Las dificultades existentes en el mercado laboral han dado alas a disputas de tipo corporativo en las que unos y otros pelean por llevarse la mejor parte de un botín apetitoso, de ahí que a la mínima Arquitectos e Ingenieros (Técnicos o no) se metan en disputas en defensa de sus respectivas atribuciones o se alíen para expulsar a otros machos alfa que pretendan inmiscuirse.

Vale, no me parece mal, ojalá alguien hiciese algo similar por mis intereses, pero es que esta fórmula no se ajusta a ninguna teoría minimamente contrastada que la apoye y la práctica enseña que en realidad se está obviando que lo principal, lo básico para el correcto desempeño en materia de Seguridad y Salud es precisamente una sólida formación en PRL.

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Carro lanzavigas – Autovía A-21

Lo demás limpia fija, da esplendor, puede ser incluso muy útil, pero la experiencia me dice que raramente llega a ser determinante por diversas razones, por ejemplo:

  • Permítanme que dude con cierto fundamento que alguién se matricule en Ingeniería o Arquitectura con el hermoso objetivo de ser Coordinador de Seguridad y Salud. Lo normal es que la asuman por obligación o porque no han encontrado una salida mejor en el mercado laboral.
  • Tampoco me he encontrado con una mayoría aplastante de Ingenieros o Arquitectos con contrastada experiencia en obra y dominio notable de sus funciones. Lo normal es que se trate de titulados jóvenes e incluso recientes que (todo voluntad) desean por encima de todo incorporarse al mercado laboral y son las «víctimas» propiciatorias de consultoras, SPA’s, etc.

La Coordinación de Seguridad y Salud es algo serio.

La responsabilidad  tanto civil como penal de los CSS se manifiesta de forma directa en su frecuente presencia en los juzgados, pues es a ellos a quién el Juez cita en primer lugar en caso de problemas, por ello el acceso al desempeño de esas funciones no debería ser tan poco riguroso y si mucho más estructurado.

En mi opinión, un CSS debería como mínimo:

  • Ser Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales.

La PRL no es una disciplina que se asimila en un curso a distancia de 200 horas, son demasiados los aspectos a contemplar y a valorar para un correcto desempeño de unas funciones de alta responsabilidad.

  • Poseer formación específica y en materia de Coordinación de SyS.

Además de la formación «genérica» como TPRL, es fundamental que el CSS conozca con detalle sus funciones, atribuciones, responsabilidades, etc. Esto aparentemente tan sencillo es el origen de numerosas trifulcas.

  • Poseer formación específica o experiencia suficiente en el ámbito en el que va a desarrollar su función.

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    Pabellón de Iniciativas ciudadanas

Que no es lo mismo Coordinar la construcción de un puente que la de un auditorio o un proceso de parada técnica en una petroquímica no se le escapa a nadie, pero de ahí a ser preciso ser Ingeniero o Arquitecto va un abismo. La formación específica se refiere a como gestionar ese tipo de obras y cuales son los posibles problemas que se puede encontrar.

El CSS, al igual que el TPRL no precisa saber construir o diseñar por si mismo un producto o edificio, lo que precisa es conocer el proceso productivo o constructivo y eso se adquiere bien a través de formación debidamente orientada y estructurada o bien (para mi la mejor opción) tras un período como CSS «junior» bajo la tutela y responsabilidad de un CSS experimentado (si les gusta más llámenlo «tutoring»).

Si además cuenta con formación complementaria en cualquier rama universitaria (Derecho, Relaciones Laborales, Arquitectura, Ingeniería, Medicina, Enfermería, Química, Plastilina, Macramé,…), muchísimo mejor, seguro que sabrá sacarle utilidad.

5 Responses to Coordina que algo queda…

  1. Aunque he obtenido mi título de coordinador recientemente creo que puedo aportar mi punto de vista como alguien que ha tratado bastante con esta figura preventiva anteriormente.

    Según mi experiencia, pocas veces he visto a un coordinador coordinar realmente. Yo creo que coordinar una obra no es llegar y levantar unas actas en un rato, y “vámonos, que se hace tarde…”, ni convertirse en un policía que está como un sabueso con los prismáticos y el bolígrafo a punto para poner multas…, o que se llegue a la obra con aires de superioridad imponiendo criterios absurdos sólo porque es el coordinador y su palabra “va a misa”…

    Aunque actitudes así, más que desprestigiar a la profesión, desprestigian a la persona que obra de esta manera, me atrevería a aventurar que esta forma de actuar no siempre es culpa del coordinador que está ejerciendo esta función. Aunque pueda parecer que es la máxima autoridad en la obra (dejando de lado Inspección de Trabajo o entidades similares), está sujeto a su cliente, el promotor, que es quien lo contrata y quien le paga (a él, o la empresa a la que pertenezca y preste estos servicios).

    Además, si nos encontramos con la mentalidad de que “¿cómo a va existir una obra que funcione perfectamente con cero incidencias? Eso no existe… Hay que encontrar faltas donde sea…”, tenemos a una persona que se encuentra en la tesitura de tener que buscarle “5 pies al gato”. El promotor presiona a la empresa que presta los servicios, la empresa presiona al coordinador, y éste vuelve locos a todos los que intervienen en la obra desde el primer contratista hasta la última subcontrata… Quizás sea un poco exagerado, pero, ¿le suena a alguien este planteamiento?

    Pero, ¿qué entendemos por “coordinar”? Puede parecer algo muy obvio, pero si nos leemos el Real Decreto 1627, o el artículo 24 de la ley 31/1995 no parece que nos ayude mucho… Y si accedemos al diccionario nos encontraremos con una definición como: “reunir medios, esfuerzos, etc, para una acción común”, lo cual tampoco aclara mucho.

    Para coordinar hay que estudiar qué van a hacer cada una de las partes y valorar cómo va a influenciar su actuación en su entorno inmediato.

    Bajo mi punto de vista coordinar es dirigir o marcar las pautas de actuación necesarias para que los diversos elementos que intervienen en una acción cooperen entre sí para un objetivo común pero sin perjudicarse o interferir entre ellos.

    En ocasiones, para una mejor ejecución en todos los aspectos de los trabajos a realizar en las obras, he desempeñado por iniciativa propia funciones de coordinación y gestión marcando pautas de actuación de forma que no se causaran interferencias ni molestias innecesarias a trabajadores o terceros, independientemente de que pertenecieran o no a la misma empresa, procurando siempre que quedara constancia por escrito entre todas las partes implicadas, para que se pudiera solventar satisfactoriamente cualquier tipo de situación anómala que pudiera presentarse.

    Así pues, ¿qué puede interesar que quede reflejado por escrito con la firma de todos participantes? Pues todo aquello que si no se aclara de antemano, va a causar problemas o inconvenientes a la larga. Y no sólo por la seguridad laboral, sino por una buena ejecución de la obra. Cosas como la señalización y el vallado, la gestión de los acopios y residuos, el uso de las zonas de trabajo, así como de las de aseo o comedor, quién suministra los recursos preventivos, etc… Resumiendo, unas normas generales y particulares mientras dure la estancia común y que vayan adaptándose al avance de la obra.

    ¿Y esto es tan difícil o complicado de hacer? No. Simplemente querer hacer bien las cosas. Tener las ideas claras. ¿Acaso un encargado no coordina los trabajos de sus trabajadores? ¿Acaso los trabajadores de un grupo de trabajo o de una cuadrilla no se coordinan entre sí?

    Si todos ponen de su lado, y de su buena voluntad, se reúnen, determinan qué se va a hacer, qué hace falta, se redacta un documento, y se firma, aceptándolo por todas las partes implicadas. Si dicho documento es completo, correcto, y está bien redactado, ¿por qué no iba a tener validez?

    Según los argumentos expuestos anteriormente puede parecer que no fuera necesaria la figura del coordinador de seguridad y salud en la obra… Sin embargo, muchas veces, si no fuera por las exigencias del coordinador, no se llevaría a cabo en prevención ni la mitad de lo que es necesario…

    Lo que he expuesto antes quizás sean condiciones demasiado ideales, y que no siempre se vayan a materializar. Cuando las cosas no son así, y se tuercen y se complican, alguien debería poner orden en medio del caos. Si las cosas estuvieran en ese punto, es complicado que un contratista intente dirigir y coordinar al mismo nivel o por encima de otro… Ahí entraría en escena el promotor, como “dueño” de la obra, y el coordinador, en quien ha delegado para esto mismo, coordinar.

    En fin, ni todo es blanco, ni todo es negro… Existen infinidad de matices entre ambos que muchas veces pasamos por alto o no queremos ver y que hay que determinar en cada situación particular.

    Un saludo.

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  2. Enchufadito says:

    Xosé Manuel:
    Completamente de acuerdo contigo salvo en una cosa. Cuando hablas de las 3 cosas que «debería» tener un CSS, no es que deberían, es que deben. Lo dicen la LPRL y el 171.
    No sé si lo habrás leído, pero hace ya unos años escribí un artículo sobre esto. Lo puedes encontrar en:

    Haz clic para acceder a 2008_09_24-sala5-1_formacion_coordinador_en_sys_construccion.pdf

    Salud,
    Uto

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    • xomaloga says:

      También deberían y deben todos los empresarios velar por la Seguridad y Salud de los trabajadores y no dejan de aparecer casos de flagrante desprecio por la vida de las personas.
      Dicho de otro modo, lo «deben» porque no lo hacen.
      En el caso de los CSS en la práctica no es así, aunque con el tiempo va corrigiéndose, al menos en parte.

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